Reconomiento Facial Biometría

El reconocimiento facial de tu móvil pronto podrá verificar tu piel para evitar engaños

La empresa alemana trinamiX ha desarrollado una tecnología para hacer más seguro el reconocimiento facial. En concreto, este sistema escanea el rostro del usuario y es capaz de identificar si se encuentra ante piel real o si, por el contrario, se trata de plástico o de otro material.

Junto con las huellas dactilares, el reconocimiento facial se ha convertido en uno de los sistemas de identificación biométrica más utilizados para la autenticación en los teléfonos móviles. Si bien se trata de un método muy cómodo que nos permite desbloquear nuestro terminal sin necesidad de tocarlo, es bien sabido que no es un sistema infalible.

Desde que se popularizó el uso del reconocimiento facial en los smartphones hace unos años, hemos visto todo tipo de ejemplos en los que han conseguido burlarlo. Uno de los más recientes lo conocimos el pasado mes de diciembre, cuando crearon una máscara de alta calidad capaz de engañar a cualquier sistema de reconocimiento facial.

Para reducir este tipo de riesgos, la tecnología de trinamiX entra en acción. La compañía explica que es una tecnología de análisis de perfil de haz. Lo que hace este sistema es iluminar el rostro con una fuente de luz que emite un patrón de puntos irregular. La reflexión de cada punto de luz es capturada por un sensor (por ejemplo, una cámara CMOS) y luego se analiza el perfil de haz. Dependiendo de la forma de reflejar la luz, el sistema es capaz de conocer el material del objeto.

La empresa señala que, al día de hoy, su sistema puede identificar al menos 100 materiales diferentes. Además, funciona bien independientemente de las condiciones de luz, y ofrece resultados precisos incluso en un lugar oscuro.

TrinamiX se ha asociado con Qualcomm para integrar el nuevo sistema para reforzar la seguridad de la tecnología de reconocimiento facial en los teléfonos móviles de próxima generación. Aparte de su aplicación en los smartphones, también se puede utilizar para optimizar la seguridad de otros sistemas de reconocimiento facial.

 

Tecnología Barométrica

Objetivo 2020: enterrar las contraseñas con letras y números

Tecnologías como la biometría, la inteligencia artificial y los certificados de un solo uso pretenden convertirse en las medidas de seguridad más empleadas este año en Internet.

Con el aumento de dispositivos conectados, crecen también las amenazas: todo lo que tiene acceso a internet es susceptible de ser hackeado. La única opción es ponérselo difícil a los ciberdelincuentes. El Centro Criptológico Nacional, dependiente del CNI, reveló en noviembre que había gestionado 36 incidentes críticos y unos 1.800 de elevada repercusión durante 2019. Ante esta situación de vulnerabilidad, herramientas como las contraseñas de toda la vida, esos caracteres alfanuméricos que nos permiten acceder a la mayoría de servicios en la red, resultan insuficientes.

Las predicciones de seguridad de Fujitsu para 2020 aseguran que las tecnologías biométricas y los certificados efímeros serán los verdaderos diques de contención personales para protegerse de los cibercriminales. Un ejemplo claro está en los teléfonos móviles: nuestra cara y huellas dactilares son el pasaporte para utilizarlos cuando queremos desbloquearlos. Como explica Óscar Large, experto en ciberseguridad de Tecnalia, el smartphone ha normalizado la biometría. Ha ayudado a que la sociedad sea menos reacia a utilizarla -“pese a que en el mundo árabe existan todavía reticencias”, puntualiza-. “Si nos fijamos en otros dispositivos, como las notebooks por ejemplo, cuentan también con lector de huellas y rostros. Esto quita un montón de contraseñas clásicas”, añade.

El problema de que la biometría sea cada vez más común es que los ciberdelincuentes aprenden; y no lentamente. Un hacker reprodujo la huella dactilar de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, cuando era ministra de Defensa alemana a partir de diferentes fotografías de ella publicadas en medios de comunicación. Para complicar la tarea de los malos, la biometría del comportamiento va más allá de las huellas dactilares y rebusca en el cuerpo humano contraseñas verdaderamente únicas, difíciles de robar. Los latidos del corazón, cuya morfología es única en cada persona, y la presión que ejercemos sobre la pantalla son algunas de las soluciones por las que ha apostado en los últimos años.

Junto a la biometría, los certificados de un solo uso, llamados One Time Password (OTP) en inglés, pretenden ganar protagonismo este año. El funcionamiento es relativamente sencillo. Generamos un token de un solo uso para acceder al servicio que deseamos, ya sea entrar a nuestro banco o publicar una foto en Instagram. “Ahorramos un montón de inconvenientes, como almacenar una contraseña, gestionarla y que un tercero nos la robe. Si utilizo una wifi pública, es fácil que alguien pretenda suplantarme. Con un OTP resulta casi imposible”, sostiene Lage. Estas tecnologías no garantizan que exista una protección infranqueable, pero dificultan la labor de los malos si pretenden robarnos nuestra identidad digital y toda la información sensible almacenada.

La paradoja de la inteligencia artificial

“Uno de los problemas de las contraseñas de letras y números es que son muy fáciles de piratear y hasta de copiar. Alguien que te mire desde atrás podría hacerlo. Cuanto menos viajen, mejor”, zanja el experto en ciberseguridad de Tecnalia. La inteligencia artificial, que nos reconoce o nos ofrece nuevos passwords, está llamada a mantener nuestros secretos digitales bajo llave y convertirse en el centro del cambio de paradigma de la ciberseguridad para este 2020. Pero, paradójicamente, según especifica Fujitsu, le falta enfoque en la seguridad.

Una forma de revertir esta tendencia, tal y como expresa Lage, es sacar a la inteligencia artificial de las llamadas cajas negras: unas cajas que almacenan toda la información y funcionamiento de los algoritmos con los que la programan y a las que nadie tiene acceso. “Cuando introduces machine y deep learning para hackear una contraseña muchas veces pruebas aleatoriamente y llegas a unas características que te dan resultado, como podría ocurrir con la biometría o los OTP”, razona. Si la nueva era de las contraseñas quiere evitar sumergirse en esta deriva, la trazabilidad es la clave. “Es el mecanismo para evaluar la inteligencia artificial, conocerla y erradicar sesgos en su programación“, concluye.

El germen de cambio en cómo usamos las contraseñas lleva años incubado. Como toda predicción, las planteadas por Fujitsu no dejan de ser eso, una previsión de lo que puede depararnos este año. Ante un asunto tan sensible, cualquier avance resulta bienvenido. Lage se muestra optimista con respecto a toda la innovación que rodea a los elementos de seguridad personal y empresarial. No se atreve a asegurar que digamos adiós a los números y letras inminentemente, pero considera que vamos por el buen camino. La única certeza en su cabeza es que los cibercriminales no descansarán con sus ataques y el resto tendremos que encontrar las herramientas que mejor obstaculicen su camino.

Mujer realizando un pago por móvil

Fuerte aumento del pago móvil en México y Brasil

“El pago móvil como medio de pago principal crece en todos los países salvo en Colombia, con especial intensidad en Brasil y México donde se cuadruplica y alcanza niveles superiores a 8%, seguidos de Perú, con 5.5%; Argentina, 3.8%, y España, 2.0% donde se duplica”, puntualiza el informe El IX Informe Tendencias en Medios de Pago elaborado por Minsait Payments

El informe se realizó con base en información de 10 países: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, España, México, Perú, Portugal, Reino Unido y República Dominicana.
“El pago móvil crece en todos los países, mientras que el efectivo comienza a reducir su presencia en los gastos mensuales. El uso de aplicaciones móviles para realizar transacciones de pago entre particulares evidencia una alta tasa de crecimiento en la mayoría de los países”, señala el documento.
En el caso de México, precisa que mientras en el 2018 el medio de pago más utilizado en el último mes fue el efectivo, con 88.3%, en el 2019 disminuyó a 80.5%; mientras que el pago con tarjetas se ubicó en 80.8 y 77.9%, respectivamente; los cargos a cuenta pasaron de 34 a 37.2%, y los pagos a través de móvil crecieron de 19.5 a 30.0 por ciento.
En cuanto al medio de pago principal, el efectivo pasó en México de 48.8% en el 2018 a 40.4% en el 2019; las tarjetas de 44.3 a 41.1%; los cargos a cuenta de 3.2 a 10.8%, y los pagos a través del móvil de 1.8 a 8.5 por ciento. Cabe destacar que estas cifras aplican para la población bancarizada con acceso a Internet en sus celulares.
De las formas de pago utilizadas con dispositivos móviles en comercios físicos en México, el principal es a través de aplicaciones de comercios, con 61.7%; seguido de operaciones realizadas a través de códigos QR o de barras, con 28.2%; después con el acercamiento del móvil a la terminal punto de venta, con 21.8%, mismo porcentaje leyendo con el móvil un código QR que hay en los establecimientos.
Las principales barreras al uso de dispositivos móviles como medio de pago en comercios físicos en México son: porque no es algo que se encuentre necesario para el usuario, con 22.5%; porque en los establecimientos no dan esa opción, con 23.1%; luego está la desconfianza, con 17.0%; seguida de que no hay conexión permanente a Internet en el teléfono móvil, con 11.0%, y después porque el usuario no sabía que se podía, con 8.2 por ciento.
El informe revela también que se observa una mayor disposición al uso de nuevas tecnologías para la autenticación de los pagos en Latinoamérica que en Europa, siendo la huella dactilar la primera opción, seguida de reconocimiento de iris, facial y por último voz.
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